Los suspiros, también conocidos como merengues, son un dulce tradicional que ha deleitado paladares a lo largo de la historia. Originarios de Europa, estos delicados bocados se popularizaron en Francia e Italia antes de expandirse por el mundo, adaptándose a diversas culturas y tradiciones culinarias.
Su nombre evoca la ligereza y suavidad de su textura, que recuerda a un suave suspiro. Se han convertido en un símbolo de dulzura en numerosos eventos y celebraciones.
INGREDIENTES (20 porciones)
- 4 claras de huevo
- 250 g de azúcar
- 1 cucharadita de jugo de limón
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Pizca de sal
- Colorantes vegetales para hacer de diferentes colores (opcional)
PREPARACIÓN
1. Precalentar el horno en el mínimo que maneje su horno y forrar una bandeja de horno con papel pergamino, o papel de hornear.
2. En un recipiente bien seco y limpio, batir las claras de huevo con una pizca de sal hasta que formen picos suaves.
3. Gradualmente, añadir el azúcar, una cucharada a la vez, continuando el batido hasta obtener un merengue brillante y firme. Incorporar el jugo de limón y el extracto de vainilla.
4. Deposite la mezcla en una manga pastelera (las abuelas utilizaban una bolsa plástica con un hueco en la punta), formar pequeños montones (empieza abajo en forma redonda y va subiendo hasta formar el pico) sobre el papel pergamino o papel de horno.
5. Hornear durante aproximadamente 1.5 horas, o hasta que estén secos al tacto.
6. Apagar el horno y dejar enfriar dentro.
Los suspiros son ideales como postre, cocinarlos sobre sus galletas o acompañados de frutas o chocolate.
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